Fernando Moura es un periodista de 38 años que hizo sus primeras armas en su Escobar natal y que, por circunstancias de la profesión, terminó navegando por otros rumbos hasta encontrar su lugar. Claro que lo halló mucho más lejos de donde él imaginaba: en Medio Oriente, donde trabaja como coordinador de transmisiones deportivas que televisa la cadena All Jazeera.
Cada vez que puede, Moura se sienta frente a un ordenador para escribir correos electrónicos a sus amistades y afectos de la ciudad de la flor, a la que cada tanto regreso por unos días, porque vaya si la sangre y el pago tiran. Las historias y anécdotas que cuenta suelen ser desopilantes, pero exponen la profunda diversidad cultural entre uno y otro costado del Globo.
“Hola a todos. Les escribo desde una PC árabe, por lo que los acentos están un poco confusos. Conseguí colocarlo en gramática española, pero no más que eso. Escribo para decirles que estoy bien, que hace mucho calor, como el año pasado, y que estos árabes son tan locos como los otros. La diferencia es que son un poco más profesionales y simpáticos”, arranca Moura en uno de los mails que escribió desde Dubái, en Emiratos Arabes Unidos.
“Ayer hicimos un mega partido de fútbol para dos canales, situaciones incomprensibles pero que para ellos son normales. En el estadio había 52 cámaras, sí, más que en un mundial, que en los juegos olímpicos. Es que son como los chicos, chicos grandes que juegan a la televisión”, cuenta y analiza Moura.
La transmisión a la que se refiere era la final de la “Etisalat Super Cup”, el primer torneo del año que enfrenta a los ganadores de la Liga y la Copa del Sheik. Como un equipo pertenecía al Emirato de Abu Dhabi y otro al de Dubái, se hicieron dos transmisiones completas de 25 cámaras cada una, con 2 helicópteros. Ganó por penales Al Ain, el equipo del chileno Valdivia y el argentino José “Pepe” Sand, después de un tiempo suplementario con jugadores acalambrados y extenuados. “A las 23:30 teníamos casi 40 grados y una humedad insoportable”.
“¿Cuánta gente había en el estadio viendo una final de esta envergadura? Unos 5 ó 6 mil, lo que en este país es muchísimo. Y claro, muchos señores de blanco de la nobleza local estratégicamente ubicados y lejos de los demás espectadores, que, dicho sea de paso, casi todos están de blanco; sí, de túnica blanca”.
Los sucesos curiosos y risueños están a la orden del día: “Estaba todo organizado para una entrega de la copa como en la Champions League, cámaras colocadas estratégicamente, policías por todos lados, orden absoluto… De repente, entró el Sheik de Al Ain, rompió el protocolo y se metió con sus hijos enfrente de todo. ¿Qué se vio en la tele? Solo la copa en alto y los papelitos, con la música de Queen de fondo. Claro, cuando los señores de blanco llegan cambian las reglas, o mejor, construyen y crean las suyas”.
Pero las andanzas de Moura por las lejanas tierras de Oriente Medio no se agotan. Cubrió el Mundial de Clubes, donde Fernando Niembro lo entrevistó en directo por La Red. En 2009 también transmitió el Mundial de Rugby Seven, en Dubái. Y en Navidad, estando en Katmandú, Nepal, se gastó 135 dólares para volar a la vuelta del Everest.
“No se preocupen que estoy bien y feliz, estoy cumpliendo un sueño”, se despide Moura de los suyos. Pero promete volver para contar más aventuras.

Moura junto al equipos de Los Pumas, en el Mundial de Rugby Seven en Dubai, en 2009.
Fuente: El Día de Escobar