
Alumnos de siete escuelas, públicas y privadas, participaron de la manifestación por la avenida Tapia de Cruz.
Alumnos de siete escuelas secundarias del partido de Escobar marcharon este viernes por la avenida Tapia de Cruz, desde la plaza San Martín hasta la Escuela Técnica Nº 1, al cumplirse 35 años del secuestro y la desaparición forzada de un grupo de estudiantes platenses a manos del gobierno último militar.
“La Noche de los Lápices”, tal como se recuerda a este oscuro episodio de la historia argentina, fue una serie de secuestros y desapariciones de estudiantes que comenzó el 16 de septiembre de 1976, a causa de su participación en reclamos por la implementación de un boleto secundario diferenciado. En este período el país estaba en manos de la dictadura militar que había derrocado al gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón.
Los estudiantes desaparecidos fueron: Claudio de Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Horacio Ungaro, Daniel Racero, Francisco López Muntaner, Gustavo Calotti, Pablo Díaz, Patricia Miranda y Emilce Moler (estos últimos tres son sobrevivientes y han brindado testimonios sobre lo acontecido).
Los estudiantes de distintos colegios de la zona, tanto públicos como privados, marcharon por la avenida principal de la ciudad con pancartas y cánticos. La organización estuvo a cargo de la flamante Coordinadora de Estudiantes Secundarios de Escobar.
“Queremos hacer de este día un día importante, porque la lucha de ellos es nuestra lucha también”, expresó a El Día de Escobar el presidente del Centro de Estudiantes de la Media Nº 4 de Maschwitz, Santiago Delfino.
Plan de “escarmiento”
Las víctimas de “La Noche de los Lápices” eran, en su mayoría, estudiantes de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), rama estudiantil del peronismo revolucionario, de La Plata. Esta agrupación, junto a otras escuelas, había reclamado en 1975, ante el Ministerio de Obras Públicas, el otorgamiento del boleto de autobús con descuento estudiantil secundario.
Esta circunstancia, junto al testimonio del sobreviviente Pablo Díaz, popularizó la hipótesis de que los secuestros hayan sido consecuencia directa de aquel reclamo. Sin embargo, otros sobrevivientes, como Emilce Moler, afirman que ese reclamo específico no tuvo ninguna incidencia en el episodio del 16 de septiembre.
Díaz afirma que el boleto estudiantil, que habían conseguido los estudiantes secundarios en septiembre de 1975, fue suspendido en agosto de 1976 con la intención de detectar, mediante un trabajo de inteligencia, quiénes eran los líderes (a quienes llamaban “potenciales subversivos”) en cada escuela e ir a buscarlos.
Según la CONADEP, la Policía Bonaerense había preparado un operativo de escarmiento para los que habían participado de la campaña por el boleto estudiantil, considerada por las Fuerzas Armadas como “subversión en las escuelas”, y que “los adolescentes secuestrados habrían sido eliminados después de padecer tormentos en distintos centros clandestinos de detención”.
Cobertura periodística: Tomás Egozcue
Fuente: El Día de Escobar