
El edificio de la Fomento, en la esquina de Fernández y Maipú.
A comienzos del siglo 20, y a medida que la integración de criollos e inmigrantes se consolidaba, comenzaron a constituirse asociaciones cuyo fin era fomentar el bien común de la sociedad, entidades que comenzaron a llamarse sociedades de fomento.
Ingeniero Maschwitz contó, prácticamente desde su fundación, con grupos de vecinos que se reunían para reclamar mejoras, creando una institución vecinal cuya carta constitutiva se firmó el 25 de abril de 1920.
Durante los primeros años de funcionamiento, los nombres más característicos de la sociedad maschwitzense pasaron por sus comisiones directivas.
Para iniciar la personería jurídica se presentó un acta fundacional fechada el 6 de junio de 1926, fecha que es supuesta (porque no corresponde a la fundación real) y necesaria (porque permitió obtener la personería jurídica).*
Para su funcionamiento se consiguió un local temporario de chapas de zinc y piso de madera, sobre tres lotes que luego donó a la institución don José Roma, ubicados en la esquina de Maipú y Salta (hoy Ricardo Fernández).
Nombres como Charles Ernesto Camp, Samuel Juan Johannessen, Jesús Aradas, Dr. Héctor Lettieri, Mario Dutto, Enrique Gabellone, Ricardo Trasande, entre otros muchos más, plasmaron en obras su ideal de progreso: la pavimentación de la ruta 9, el alumbrado público, la línea de teléfono, la primera línea de colectivos, el relleno con carbonilla de la calle Falucho, el asfalto de la avenida Villanueva y de la calle Maipú fueron adelantos gestionados por la Sociedad de Fomento.
Sus salones eran el centro de las reuniones sociales durante décadas, como el cine con películas de 16 milímetros o los famosos 8 grandes bailes 8 para la época de carnaval.
Uno de los últimos beneficios prestados al pueblo fue ceder sus instalaciones para la primera escuela nacional del partido de Escobar, que funcionó allí desde 1984 hasta el año 2000.
En la actualidad, recuperadas nuevamente para la comunidad, funcionan en sus instalaciones dos bibliotecas (la popular Padre Luis Golcheski y la rotaria Rodolfo de la Colina), la Casa de la Cultura de Ingeniero Maschwitz y Sonidos del Alma (hipoacúsicos).
Desde hace 85 años, la Sociedad de Fomento cumple con su lema fundacional, el que debería ser adoptado por muchos: “Querer es poder. Y si usted quiere, puede”.
* Historia de Maschwitz, de Juan Pablo Beliera
Fuente: El Día de Escobar