Desde este jueves 2, el jardín de infantes del barrio Phillips lleva el nombre de Daniel González, en memoria de quien fuera jefe del cuartel de bomberos de Belén de Escobar hasta 2004, cuando murió en cumplimiento de su deber.
La idea del homenaje surgió de uno de sus otrora compañeros -el ex oficial Jorge Abel Fernández-, fue apoyada por la comunidad educativa y se concretó en coincidencia con la celebración del Día Nacional del Bombero Voluntario.
Pasadas las 10 de una mañana fría y gris, comenzó el emotivo acto en la esquina de las calles Islas Malvinas y Bramonte, del cual participaron Teresa Herrera, María Bernard y Damián González, viuda, madre e hijo del bombero que perdió la vida el 22 de diciembre de 2004 al volcar la autobomba Ford 350 en la que viajaba para combatir un incendio.
Esa fatídica madrugada, tres fábricas comenzaron a ser devoradas por el fuego en el parque industrial de Pilar. Cincuenta dotaciones de bomberos trabajaban en el lugar sin dar abasto con las llamas. La autobomba que nunca llegó a destino volcó en el cruce de las calles 9 y 15 al chocar con un camión de una panificadora.
El comandante Daniel González tenía 51 años y era el jefe del cuartel de Belén de Escobar. Junto a él también murió el suboficial mayor Carlos René Rivas, de 46 años. González siempre había trabajado en esta ciudad, tenía 35 años de servicio y había sido uno de los impulsores de la Ley Nacional de Bomberos, que contempla una serie de beneficios para los voluntarios.
El primer momento de emoción de la jornada se vivió cuando la directora del jardín, Mariela del Valle Rivero, se quebró mientras expresaba sus palabras de agradecimiento. Teresa Herrera se acercó a darle un fuerte abrazo en señal de consuelo, pero ninguna pudo contener sus sentimientos.
En otro tramo del acto, y mientras la sirena del cuartel de la calle Colón sonaba de fondo, se hizo un minuto de silencio. Pero como el compromiso de los bomberos es en todo momento, sin importar dónde se encuentren, varios de ellos tuvieron que salir corriendo después de un llamado que para muchos de los presentes resultó imperceptible.
“Hoy es un día de gran alegría para la institución, porque se festeja el Día del Bombero, y es un día muy especial por este acto de reconocimiento que tenemos en la persona de Daniel, un hombre que dedicó toda su vida, desde adolescente, a Bomberos”, señalo el presidente de la Sociedad de Bomberos Voluntarios, Héctor Blois, también con la voz quebrada.
Fueron los chicos quienes con su frescura alegraron una mañana que se confundía entre la felicidad y la tristeza, cuando todos juntos entonaron la hermosa canción “El poder de los sueños” sobre las voces de Soledad Pastorutti y Alejandro Lerner. Tras los aplausos de la gente, los pequeños cantores se calzaron sus casquitos rojos y por un instante fueron también bomberos.
“Estamos muy contentos en la familia, ha sido un acto muy emotivo, agradecidos al pueblo de que nos haya dado este reconocimiento. Me siento más que orgulloso”, manifestó en declaraciones a la prensa el hijo de González, Damián, quien también es bombero voluntario de la ciudad.
Su madre, en tanto, afirmó: “Este es el broche que Daniel necesitaba por toda su trayectoria, por todo lo que hizo. Sinceramente, es una inyección de vida para la familia. Ver a los nenes que siempre van a tener el nombre de Daniel acá, que todos vamos a tenerlo acá. Estoy muy emocionada, feliz de haber sido la compañera de mi querido Daniel”, finalizó María, con los ojos brillosos de amor, nostalgia y una extraña sensación de alegría.
Día del Bombero Voluntario
Daniel González falleció a los 51 años, yendo a apagar un incendio en la ciudad de Pilar.
Una tarde de diciembre de 1883, la tranquilidad de unos inmigrantes italianos afincados en el barrio porteño de La Boca se vio perturbada por un feroz incendio que destruía un comercio cerca de la ribera.
Orestes Liberti, un joven de 20 años que miraba cómo las lenguas de fuego se escapaban por las puertas y ventanas , pegó un grito: “¡Adelante los que se animen, vamos a apagar el incendio!”. Rápidamente, hombres y mujeres formaron una cadena humana con baldes que llenaban en el río.
El joven Liberti se había convertido en un improvisado jefe de bomberos.
Días después, él, su padre y sus hermanos convocaron a los vecinos para advertirles de la necesidad de crear un cuerpo de Bomberos Voluntarios, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de las casas de La Boca eran de madera y zinc. Así fue que el 2 de junio de 1884 se formó el primer cuartel del país.
Fuente: El Día de Escobar