El tricolor de San Martín concluyó una buena preparación para la recta final del torneo de Primera B y sueña con volver a las máximas categorías. Su DT, Carlos “el Gato” Leeb, ídolo del Funebrero, tiene la cabeza puesta en el ascenso.
Dicen que los gatos caen siempre parados, y tal vez este año sea la chance para su joven equipo. Leeb aceptó el puesto de director técnico cuando nadie quería hacerse cargo. Dejó lo económico de lado para sumarse al club de sus amores y al desafío enorme que le depara esta pasión llamada Chacarita Juniors.
La institución está en coma, el plantel tiene un presupuesto menor, pero el “Gato” se muestra confiado en conseguir una conquista importante. “Vivimos al día, pero tenemos un desafío por delante que con humildad y trabajo nos dará muchas satisfacciones”, expresó en un mano a mano con EL DIA de Escobar.
¿Cómo analizás la transición de este equipo desde que te hiciste cargo?
Agarramos un equipo con 50 jugadores. Al principio elegimos un grupo que a nuestro criterio tenía más futuro y trajimos algunos refuerzos para sostener este campeonato. Hoy Chacarita tiene un 80% de jugadores del club y estando en la “B” aún es un club vendedor. Las malas administraciones han hecho que baje de categorías. Terminamos la primera ronda con expectativas, aún perdiendo puntos sobre la hora. Y estamos en un momento donde nos proponemos concluir una buena pretemporada y mejorar la campaña del año pasado.
Un campeonato tan parejo como este, ¿le permitirá a Chacarita continuar con posibilidades reales de ascender?
Matemáticamente estamos con posibilidades. La base del equipo es el grupo, acá no hay figuras. Al principio, un 5% del periodismo confiaba en este plantel. Uno va por todo, corrigiendo errores, aprovechando los 29 puntos que tenemos y lo que se hizo bien hasta ahora.
¿Fue útil este predio de UTHGRA para la pretemporada?
Este recreo “Las Clavelinas” es ideal. Para conseguirlo tuve que hablar directamente con Luis (Barrionuevo), quien nos concedió este espacio sin problemas. La situación económica del club es muy penosa y para nosotros ha sido una ayuda fundamental.
¿Cuál es tu visión sobre Armenio, la carta futbolera que tenemos en Escobar?
Armenio es un club que ha crecido mucho, cuenta con un predio interesante, saca buenos jugadores, tiene un presidente muy futbolero que sabe del tema y eso es muy importante. Estoy convencido de que en cualquier momento va a dar la sorpresa y mientras esté Noray Nakis cuanto dé el salto a primera se va a sostener.
En primera persona
¿Cuáles fueron tu peor y tu mejor momento futbolístico?
Mis lesiones y las recuperaciones. A Chacarita llegué con ocho operaciones y en Banfield con once. Lo bueno: mis logros, poder tener a la familia viéndolo a uno.
Un jugador con tu trayectoria, ¿puede decir que está hecho económicamente?
En el ascenso es muy complicado. Salvo casos excepcionales, los negocios no son aconsejables cuando uno juega porque no se puede tener la cabeza en dos lugares. Aprendí a pensar dos o tres veces antes de tomar decisiones.
Desde tu experiencia, ¿qué consejo les dejás a los jugadores que recién se inician?
Que traten de ser medidos, tener conciencia de que hay tiempo para todo. Esto dura de 10 a 12 años; que valoren el club donde están y cuidarse mucho. Después, siempre hay tiempo para la diversión.
¿Qué significa Chacarita para “el Gato” Leeb?
Chaca… Yo venía con ocho operaciones y no podía jugar en la primera de Independiente. Fue el club que me abrió la puerta como jugador y me hizo conocido; le debo muchísimo y nos hemos regalado alegrías mutuamente -goles y aliento-. Y muchas más cosas que en la intimidad no se conocen: me han acercado bolsas de comida cuando anduve mal. Porque Chaca tuvo más malos pasajes que buenos, pero siempre se acordó de mí y lo valoro mucho. Y como técnico también, viniendo de dirigir afuera me da hoy esta posibilidad, y uno también hace un balance y sumado lo económico más el momento especial que pasa Chacarita, no podía mirar para otro lado. Me pareció lindo y bueno devolverle algo de lo que me dio. Me gustaría que me recuerden, como a otros, como aquel que en los momentos difíciles del club no les dio la espalda.
Fabián Itabel – Ayudante de campo
Jugó en el club en los ‘80 y los ‘90. En 1989 ganó la Recopa Sudamericana con Boca Juniors y ahora busca un galardón para el Funebrero con el aporte de su experiencia.
¿Cuántas cosas añoras de tus años como jugador?
Principalmente el estar adentro. A veces uno siente impotencia, pero hay que aportar siendo claro en conceptos que el jugador necesita para resolver inconvenientes en el juego. Desde el borde del campo también tiene su sabor, pero se sufre más.
¿Qué rescatas de este joven plantel?
Hay muchos equipos con un presupuesto de un millón de pesos. Yo tengo una frase al respecto: “No somos el quipo del millón, pero vamos por el millón”. El jugador necesita lograr cosas importantes para crecer, y una forma es coronar al club con un ascenso, que es lo que buscamos. Dándole el trabajo necesario para que respondan dentro de la cancha y logren ganar.
Sergio Carossino – Preparador físico
En 1990 combinó su oficio con Chacarita, fue jugador del club, pero prefirió dedicarse al profesorado.
¿En qué nivel físico encontraron el plantel y cuántos avances pudieron lograr?
Nosotros hicimos la primera temporada con nuestra manera de trabajo y les costó la adaptación. A partir de allí se les realizó un control preventivo completo, un plan nutricional y ya en esta etapa conseguimos mejorar las contexturas musculares de varios jugadores y se nota el trabajo previo realizado, ya que han adquirido un nivel óptimo, a tal punto que algunos nos han sorprendido en su rendimiento.
Emanuel “Chuky” Morales – Capitán
Desde mediados de 2011 se sumó al club y se convirtió en el capitán y un referente dentro del plantel.
¿Se siente una responsabilidad especial desde tu rol de capitán?
Sí, no sé si solo una responsabilidad, también el anhelo cumplido de jugar en una institución que es muy grande y la verdad que orgulloso de estar acá.
¿Qué expectativa tenés a partir de lo que deja esta pretemporada?
Esperamos lo mejor. Hasta junio nos jugamos muchas cosas, en dos meses tenemos varios partidos seguidos y si todo anda bien estaremos festejando el ascenso.
Por Ariel J. Spadaro
Fuente: El Día de Escobar